por el Ing. Agr. Edgardo N. Orfila1

Este notable botánico nació en Buenos Aires el 3 de febrero de 1913 y falleció en la localidad de Florida, Provincia de Buenos Aires, el 21 de febrero de 1994. Hijo de padre austríaco y madre italiana, siendo muy pequeño se trasladó con su familia a Punta Arenas, Chile, donde cursó sus estudios primarios y secundarios. Siempre recordó con cariño y agradecimiento a los Padres Salesianos que lo instruyeron y guiaron en los primeros años y en su adolescencia, como así también sus vivencias en esa ciudad austral donde aprendió a observar y amar la naturaleza.

De regreso a la Argentina se radicó cerca de Concordia, Entre Ríos, donde la familia poseía plantaciones citrícolas, ocupándose de tareas agrícolas. Luego de algún tiempo viaja a Buenos Aires y se desempeña como ayudante técnico, desde 1937 a 1943, en el entonces Laboratorio de Botánica «Carlos Spegazzini» del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación que funcionaba en el viejo Hotel de Inmigrantes de Puerto Nuevo. Allí pone de manifiesto su vocación por la botánica y acompaña al Ing. Enrique Clos dedicado a herborizar y describir los árboles y arbustos cultivados en la ciudad de Buenos Aires. En 1941 publica su primer trabajo, «Razones climáticas de la distribución geográfica del mandarino en la R. Argentina», como publicación miscelánea del mencionado Laboratorio, siendo aun alumno de la carrera de Agronomía, pues al mismo tiempo durante esos años cumple sus estudios en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires de donde egresa como ingeniero agrónomo en diciembre de 1943.

Desde entonces cumplió una destacada actuación profesional en la función pública, siendo la botánica, la ecología y la conservación de la naturaleza los temas de su preferencia: así fue jefe de la División Sistemática del Instituto de Botánica Agrícola del Ministerio de Agricultura y Ganadería de la Nación (1943-53), asesor botánico de la Academia Nacional de Medicina (1943-45) y director de Protección de la Naturaleza en Parques Nacionales (1953-69), donde desarrolló una intensa actividad con la formación de un importante herbario de las floras de los parques nacionales argentinos y la fundación de la Escuela de Guardaparques.

En 1955 se inicia en la docencia universitaria, primeramente como ayudante y luego como jefe de trabajos prácticos de Microscopía en la Cátedra de Botánica de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, dirigida por el eminente botánico Lorenzo R. Parodi.

En 1961 accede como profesor titular ordinario a la Cátedra de Morfología y Sistemática Vegetal de la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata, donde se desempeña hasta 1978 inclusive, siendo además decano y luego profesor emérito de esa Casa de Estudios.

Desde 1979 a 1983 su labor universitaria se desenvuelve en la Universidad Nacional de Río Cuarto donde como rector dio gran impulso a las actividades académicas y a la organización y construcción del campus universitario, a las que consagró su personal y permanente dedicación, fundando en 1981 la Escuela de Posgrado, sin dejar por ello la enseñanza y los trabajos de investigación.

En la enseñanza universitaria privada fue decano fundador de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Morón. Ya retirado de la docencia universitaria actuó durante corto tiempo como asesor científico en la Facultad de Agronomía de Azul y como investigador contratado del CONICET en la Cátedra de Dasonomía de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires, en un programa de estudios dendrológicos que finaliza en 1988 y que lamentablemente permanecen inéditos.

Su obra como botánico, ecólogo y conservacionista de la naturaleza comprende alrededor de 140 títulos, destacándose especialmente sus trabajos dendrológicos y los referidos a los parques nacionales y las plantas cultivadas en la Argentina. Pueden mencionarse entre otros su colaboración en los fascículos sobre «Las Plantas Cultivadas en la Argentina», publicados por el Instituto de Botánica del Ministerio de Agricultura de la Nación y «La Región de los Bosques Andino patagónicos, Sinopsis General», publicado por el INTA, valiosa obra de concisa información y que como lo expresara el ingeniero Arturo Burkart en su apreciada carta del 15 de julio de 1972, «está muy bien presentada por un verdadero conocedor de esa hermosa flora y con reveladores capítulos como aquel sobre la paleobotánica». Pero la obra más destacada de este proficuo autor la realiza como participante en la Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería fundada por el inolvidable Lorenzo R. Parodi, donde describe 179 familias, estando además a cargo de las segunda y tercera ediciones, aumentadas y corregidas y por las que también Burkart le hace llegar su felicitación, sintiéndose satisfecho como colaborador de esta publicación de alto nivel que trasciende nuestras fronteras llevando la obra de los botánicos argentinos a otros ámbitos. El libro «Los Eucaliptos en la Silvicultura», realizada en colaboración con el ingeniero agrónomo Héctor Mangieri, mereció el Premio de Ciencias Holmberg 1961, habiendo recibido además el Premio Atwood, otorgado por la VIII Reunión Panamericana de Consulta Geográfica 1969, por el Capítulo V, Parques Nacionales de la obra «Argentina Suma de Geografía», tomo V, 1960; Segundo Premio Nacional de Ciencias 1966, discernido por la Dirección de Cultura de la Nación a todos los autores de la obra citada precedentemente; también fue objeto de una mención especial de la antedicha Dirección por el trabajo «La Región de los bosques andino patagónicos. Río Negro», aparecido en los Anales de Parques Nacionales Tomo IX, 1962. También fue galardonado con el Premio Vida Silvestre.

Fue becario de la Fundación Guggenheim en 1962 para estudiar en Colorado State University of Fort Collins, los procesos de sucesión vegetal en los bosques de montaña, enriqueciendo sus conocimientos en esa especialidad y que según sus palabras demandó gran parte de su vida profesional, con valiosos aportes sobre los recursos naturales renovables y la degradación ambiental aparecidos en los Anales de Parques Nacionales, New Zeland Journal of Botany, Anales del Instituto de la Patagonia de Punta Arenas, Chile y Anales de la Sociedad Científica Argentina. En esta última institución organizó sendas campañas de estudios en las Islas Malvinas abarcando diversos aspectos del archipiélago, en los años 1974 y 1979.

Autor de numerosos proyectos de creación de parques y reservas nacionales aparecidos en la revista Natura, muchos de ellos son hoy realidad como el Parque Nacional El Palmar en Colón, E. Ríos, Parque Nacional Lihuel Calel en La Pampa y la Reserva Natural Formosa. A partir de 1989, entristecido por la muerte de su esposa y aquejado de una dolencia que le impedía desplazarse con facilidad se recluye en su hogar recibiendo raramente visitas y se dedica con quien esto escribe a la realización de un «Indice dendrológico de la Flora Argentina», comenzado por Julio A. Castiglioni y Arturo Ragonese, con la finalidad de reemplazar al viejo «Indice de la flora leñosa argentina» de F. E. Devoto y M. Rothkugel, publicado hace 54 años y que resultara de suma utilidad para los forestales de aquellos primeros tiempos como lo menciona el prestigioso profesor y forestal argentino Ing. Domingo Cozzo. Este trabajo finalizado en diciembre de 1993, constituye el último trabajo inédito del Ing. Dimitri.

Fue también Académico Correspondiente de la Academia Nacional de Ciencias de Buenos Aires, Miembro Correspondiente del Instituto Ecuatoriano de Ciencias Naturales de Quito, Ecuador y Académico de Número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria.

De trato amable, excelente compañero en los viajes de estudio, siempre enfrentó los problemas con gran optimismo y supo infundir a sus colaboradores y alumnos el interés por los estudios botánicos y agronómicos, demostrando comprensión, nobleza y amplitud de criterio.
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1Obituario publicado en el Bol. Soc. Arg. de Botánica 30(1-2):127-128. 1994. Reproducido con autorización de dicha publicación.