por el Ing. Agr. Rafael García Mata1
Miguel Angel Cárcano ha de ser recordado como un personaje singular, que en el transcurso del siglo veinte, se destacó netamente por sus merecimientos de extraordinario valor, en la vida cultural y social del país. Su actividad de primer nivel puede señalarse en su acción política, universitaria y en la diplomacia. Tuvo claros valores propios su actuación como diputado nacional, distinguiéndose además como historiógrafo, y periodista de gran influencia y significación regional.
Fue miembro de la Academias Nacionales de Agronomía y Veterinaria, de Ciencias Económicas, de Letras y de la Historia, y correspondiente de varias Academias de Historia y de Letras de distintos países.
Terminados en Córdoba sus estudios universitarios de abogado, muy pronto se hizo notar su capacidad intelectual, al obtener el año 1913 el Primer Premio Nacional de Letras. Concretó su dedicación al estudio del problema agrario argentino, en la publicación en 1917 de su libro «Evolución histórica del régimen de la tierra pública», el que fue señalado por el gran maestro E. Lobos, primer profesor de economía agraria en la Universidad Nacional de Buenos Aires, como el trabajo más completo que se ha hecho sobre la legislación agraria argentina.
El vuelco hacia el proteccionismo imperial que se concretó en los acuerdos de Ottawa entre el Reino Unido y los países de la comunidad británica, tuvieron fuerte incidencia sobre la economía nacional, perturbando la corriente de colocación de la producción agropecuaria argentina en el exterior. Como consecuencia, los precios de los granos y las carnes sufrieron una fuerte presión depresiva, que motivó la reacción de las instituciones agropecuarias reclamando la sanción de leyes y la adopción de medidas en defensa de las combinaciones abusivas monopolistas de nuestros compradores. Por ello las negociaciones de 1933 de la misión a Londres que presidió el Vicepresidente de la Nación Dr. Julio A. Roca y que integraba el Dr. Cárcano, entonces diputado nacional, se llevaron a cabo en un ambiente de gran expectativa, con reacciones dispares de los distintos sectores del quehacer nacional. A cambio de un compromiso de Gran Bretaña de precios firmes y razonables para la colocación de los productos argentinos, el tratado proyectado ofrecía reducir los derechos aduaneros de algunos productos industriales ingleses y no dificultar el trabajo de las empresas británicas. La alarma y la protesta anticipada fue grande en el sector industrial argentino. En ese ambiente, el Dr. Cárcano es designado presidente de la Comisión que en Buenos Aires debía negociar con la representación del Reino Unido las cuestiones arancelarias, que significaban concesiones argentinas para la importación de algunos artículos industriales ingleses. Se destacó en esta instancia la inteligencia del Dr. Carcano para encarar las diferentes posibilidades que debían tenerse en cuenta para hacer viable el tratado, lográndose finalmente la redacción, de las cláusulas correspondientes con la aceptación de los representantes de la industria nacional. Casi cuarenta años después, Cárcano ha recordado como sigue ese ultimo tramo de la negociación del tratado, «[?] complacimos los pedidos británicos, sin perjudicar a la naciente industria argentina. El frente común agricultura-industria queda consolidado. Se olvida el pasado pero desde entonces se mantiene la alianza».
Esta. primera misión diplomática de Cárcano, fue cumplida sin perjuicio de su función como Diputado Nacional representante de la Provincia de Córdoba. En el Congreso intervino activamente en la redacción y discusión de leyes fundamentales para el agro argentino. La autoridad de su palabra y opiniones derivaba fundamentalmente de su prestigio como profesor universitario y autor de sus publicaciones, que en él cobraban mayor mérito por las relevantes condiciones de su genio. Esa autoridad fue notoria durante su breve paso por el Ministerio de Agricultura de la Nación, en muchos aspectos de su gestión. Tanto en las audiencias privadas como en las reuniones de comisiones o juntas, con representantes de distintos sectores públicos o privados, se destacaba de inmediato su natural jerarquía. En la aplicación práctica del crédito agrario, cuya ley habla sido por el proyectada, puede afirmarse que en ningún período desde la creación de esa ley, el crédito agrario a favor del pequeño productor y de las cooperativas ha sido aplicado en forma más eficiente y con más intima coordinación con el Ministerio de Agricultura que en esos primeros años a partir de 1936, pese a que, al mismo tiempo se estaba coincidiendo con las dificultades de la puesta en marcha del nuevo sistema creado por la ley.
Si notable fue la fecundidad de su pluma galana inteligente y plena de ideas y documentación – a lo largo de su vida, explicable asombro produjo el nivel de intensidad de su actividad intelectual hasta sus últimos días. Han sido recordados los numerosos títulos de las obras publicadas por Cárcano, que abarcan temas históricos, sociales y económicos y de política nacional e internacional. Entre ellos se destaca su libro «Evolución histórica del régimen de la tierra pública», obra de infaltable consulta2.
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1 Semblanza del Dr. Miguel Angel Cárcano efectuada con motivo de la incorporación del Ing. Agr. Rafael García Mata como miembro de número de la Academia el 2 de agosto de 1968, revisada y adaptada por el autor. En: Anales de la Acad. Nac. de Agr. y Vet. 36(6):17-21. 1982.
2 El Dr. Miguel Angel Cárcano nació el 18 de julio de 1889 y falleció el 9 de mayo de 1978. Fue designado miembro de número de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria en 1946 [Nota del Editor].