por el Dr. Juan Carlos Godoy1

Un eximio cultor y maestro de la veterinaria argentina ha fallecido el día 30 de mayo de 2004, en ejercicio de la presidencia de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, y por ello, sus cofrades y la gran comunidad de empresarios ganaderos, hombres del campo y demás personalidades vinculadas a la actividad agropecuaria, estamos hondamente entristecidos.

La pampa argentina ha perdido con la desaparición del Dr. Cano a uno de sus mentores más destacados, que entregó su vida con verdadera pasión al desarrollo técnico de la ganadería nacional, uno de los bienes más preciados de la producción del país, y que sin lugar a dudas, enorgullece el espíritu argentino.

Difícil resulta enumerar las múltiples y variadas actividades ejercidas por este preclaro profesional médico veterinario, quien desplegó sus energías y su saber a lo largo y ancho de la República, estudiando y asesorando sobre las particularidades de las haciendas y razas animales; su comportamiento y adaptación a las diversas características climáticas y del suelo; su genealogía; su sanidad; su nutrición; su reproducción, natural y artificial; en suma, su desarrollo y producción económica en torno a las necesidades y conveniencias del mercado nacional e internacional. Todo ello constituye en síntesis la ciencia zootécnica que Cano supo aquilatar y transmitir sabiamente a todos los interesados que requerían su asesoramiento y guía técnica profesional.

Puede decirse de él que era un zootecnista de noble raza y pura cepa, criado en el suelo pampeano que lo vio nacer en un villorio de ese entonces llamado Puán, en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires, el 8 de febrero de 1912. De sus padres heredó el amor al campo, de su naturaleza agreste y de los animales; y de su lejano pariente patricio y prócer de la Independencia, Eustoquio Díaz Vélez, su segundo y poco usual nombre de pila, y la devoción a la patria.

Sus años juveniles transcurrieron en el campo ganadero de la familia, donde templó su carácter para atravesar épocas de bonanzas y estrecheces, además de duras sequías, que llevaron la familia a otras comarcas, General Belgrano, Castelli y finalmente Quilmes. Estas vicisitudes impidieron su concurrencia a la escuela pública, obligándolo a dar libre, con la ayuda de su madre que era maestra, los estudios primarios, y gran parte también de su educación secundaria, por lo que puede afirmarse que fue un autodidacta, lo cual sin embargo, no impidió que cursara la carrera de Medicina Veterinaria en la Universidad Nacional de La Plata. Se graduó en 1936 con honores y medalla de oro, lo que automáticamente significaba ganar el Premio Cárcano y su nominación inmediata como profesional veterinario, a su elección, en la Dirección de Zootecnia del Ministerio de Agricultura de la Nación, lauro que indiscutiblemente signó para siempre su firme vocación por la crianza animal. Su felicidad fue completa al integrar en aquel entonces un grupo de destacados médicos veterinarios zootecnistas, los Dres. J. C. Speroni, E. Tagle, E. García Mata, M. Helman, D. Inchausti, J. L. Ochoa y otros, todos los cuales, Cano incluido, hicieron historia de alto nivel en sus respectivas especializaciones.

También es de destacar que paralelamente Cano no descuidó su interés por la docencia universitaria, ya que poseía dotes de educador. Así recorrió todas las escalas académicas en la cátedra de Zootecnia Especial de la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la Universidad de Buenos Aires, desde Ayudante adscripto honorario hasta Profesor Titular, por concurso, de Bovinotecnia, compartiendo esta vocación con los colegas mencionados anteriormente, todos profesores del Instituto de Zootecnia. Es de señalar su designación en 1969 como Profesor «ad vitam» de la mencionada cátedra.

Es interesante comentar que también estudió dos años de la Cerrera de Medicina Humana en la Universidad Nac. de La Plata.

Al año de recibirse de Médico Veterinario se doctoró en la Universidad Nacional de La Plata, y a continuación ejerció también la profesión en carácter de inspector de higiene para el control sanitario de los alimentos de origen animal, en el Partido de Cañuelas, Prov. de Buenos Aires.

Sus cargos oficiales en el Ministerio de Agricultura de la Nación le ofreció la oportunidad de viajar por todo el país y actuar de jurado de las especies de ganado en las exposiciones rurales del interior, vinculándose de esta suerte con las entidades y los productores. También fue requerido por la Sociedad Rural Argentina para actuar como Jurado de Admisión y de Clasificación en Palermo, inicialmente en ovinos y luego en bovinos, todo lo cual acrecentaba sus conocimientos zootécnicos.

En esta etapa le atrae especialmente el tema de la reproducción animal y la novísima tecnología de la inseminación artificial conjuntamente con el equipo liderado por el Dr. E. García Mata, con el cual se perfeccionó en esta metodología impulsada por los investigadores rusos, ingleses, norteamericanos y luego japoneses. Desde entonces Cano desarrolla una intensa acción para promover esta técnica tanto en ovinos como en bovinos, creando al efecto distintas empresas que actuaron exitosamente en majadas y rodeos de las principales cabañas productoras de las razas de carne, leche, lana y otras.

Todo ello cimentó su capacidad profesional y su relación con las sociedades rurales y empresarios ganaderos, entre ellos la Sociedad Rural Argentina, que lo designó como consultor de su Comisión Directiva y distinguiéndolo luego en carácter de socio honorario de la institución.

Asimismo en su larga trayectoria le tocó representar al país en innumerables congresos, simposios, cursos, conferencias y viajes de estudio, nacionales e internacionales; así como en comisiones técnicas y otras reuniones relativas a la docencia y los quehaceres agropecuarios.

Su condición. de hombre de campo y buen jinete lo ligaba entrañablemente al caballo, y por ello, fundó y presidió, con otros amigos, la Asociación de Criadores Argentinos de Caballos Cuarto de Milla; y otras intervenciones sobre equinos árabes, de polo y del Club Hípico Argentino.

En su amplia hoja de vida no faltan colaboraciones docentes, profesionales y sociales, de elevada jerarquía; entre ellas destacamos:

  • La designación en carácter de Jefe de la Sección Promoción Porcina del Ministerio de Agricultura de la Nación, que tuvo una exitosa labor.
  • La intervención en el Comité Internacional de Desarrollo Agrícola, realizada en Turrialba, Costa Rica, 1965.
  • Su participación en la Dirección y Vicepresidencia de los Laboratorios Unidos de América LAUDA, fabricantes de la vacuna antiaftosa con agregado de saponina, como absorbente, de avanzada en la época (década del 40).
  • Su integración al Directorio del Banco de la Nación Argentina durante varios años.
  • Su paso por el INTA ocupando la Vicepresidencia de la institución, año 1961.
  • Coordinador de cursos especializados en la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Católica Argentina y profesor de Zootecnia de la misma.
  • Su participación como profesor fundador de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Centro de la Prov. de Buenos Aires, en Tandil.
  • Finalmente, en mérito a su distinguida trayectoria profesional y social su incorporación en el año 1989 a la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria, corno miembro de número; y luego siendo nominado en carácter de Presidente de esta honorable corporación (períodos 2000-2003 y reelecto).

El Dr. Cano dejó más de un centenar de trabajos publicadas referentes a su especialidad. Es de señalar su interesante libro autobiográfico «Un largo camino» (1993), en el cual narra sus múltiples actividades profesionales.

En suma, ha partido un notable Médico Veterinario, que supo involucrarse incondicionalmente con el quehacer agropecuario de nuestro país, ofreciendo sus conocimientos y servicios de avanzada técnica, para el mejoramiento de la riqueza ganadera, realizados siempre con fervor y probidad de hombre de bien.
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1 Reseña biográfica del Dr. Cano expuesta por el Dr. Godoy en el homenaje tributado a aquél en la sesión plenaria del 10 de junio de 2004 de la Academia Nac. de Agronomía y Veterinaria.