por el Ing. Agr. Jorge Alfonso Domínguez[1]

Salteño, nacido el 22 de febrero de 1918, cursó sus estudios en la Facultad de Agronomía de la Universidad Nacional de La Plata, de donde egresó en 1942. Falleció en Jujuy a los 71 años el 13 de diciembre de 1989. Incorporado a la Dirección de Estaciones Experimentales del Ministerio de Agricultura de la Nación, enfocó su quehacer hacia lo que constituiría su especialización profesional: Mejoramiento Genético de la Caña de Azúcar.

Desde el punto de vista tecnológico, la “tecnología dura”, el mejoramiento de las especies vegetales o animales es una actividad que se nutre tanto de la «creación genética» propia o local como del germoplasma, variedades o razas introducidos desde otros países, sometidas en todos los casos a un riguroso proceso de selección en base a los atributos que se consideren relevantes. Desde el comienzo Roberto Fernández de Ullivarri optó por la «productividad» como criterio básico de selección de material; criterio que a la postre le permitió introducir o producir, seleccionar y difundir las variedades de caña de azúcar que a la fecha dominan el panorama azucarero argentino y se destacan en el extranjero. Aunque su metodología de trabajo presta debida atención a las características medibles en laboratorio, pone especial énfasis en la selección por caracteres y comportamiento agronómico “a campo». Suele decir: «En selección ¿sabe lo que hay que hacer? ¡hay que sacrificarse! Es muy molesto: caña caída, mosquitos, calor húmedo. Se llega con las piernas liquidadas. Hay que separar, mirar bien, identificar. Hay momentos en que se debe tener mucho cuidado de no estar cansado; de lo contrario no se le da a los cañas últimas la mismo oportunidad que tuvieron los de la mañana temprano”.

Previo paso por la entonces EEA Güemes (Salta), desde 1946 a 1950 estuvo al frente de la que fuera Estación Experimental Agropecuaria Villa Alberdi, dependiente del Ministerio de Agricultura de la Nación, ubicada en las inmediaciones de la hoy Ciudad Alberdi, Tucumán. Esta unidad pasó luego a formar parte del INTA hasta diciembre de 1968, en que fue desactivada. Desde la EEA Villa Alberdi viajó a Colombia a fin de efectuar cruzamientos con Saccharum spontaneum con miras a incorporar resistencia a heladas, sin que lograra el objetivo propuesto.

En 1951 los ingenios azucareros de Salta y Jujuy fundaron la «Chacra Experimental Santa Rosa», organismo privado dedicado también al mejoramiento de la sacarífera, a cuyo frente estuvo Fernández de Ullivarri, desde los primeros desmontes en el campo experimental ubicado en Colonia Santa Rosa, Orán, Salta, hasta 1956. Tras un paso relativamente breve como Director de la Estación Experimental Agropecuaria Tucumán, en 1958 ingresó al INTA y creó la actual Estación Experimental Agropecuaria Famaillá, Tucumán, en la cual prestó servicios hasta 1975 en que renunció para retomar la Dirección de la Chacra Experimental Santa Rosa, vacante por el fallecimiento de quien fuera destacado técnico, gran colaborador y también Director, Ing. Agr. Fanor Guillermo López.

Puede señalarse a los siguientes como años y productos clave de F. de Ullivarri en el mejoramiento genético de la caña de azúcar en la etapa contemporánea argentina, con proyección internacional (Brasil, Paraguay, Bolivia, España). En 1946 fueron importadas las variedades CP 43-74 y CP 34-120 desde los Estados Unidos por el Ministerio de Agricultura de la Nación. Al poco tiempo Fernández de Ullivarri las llevó a la EEA Villa Alberdi, donde se las multiplicó intensamente. Ambas mostraron inicialmente susceptibilidad al «carbón» (enfermedad de origen fúngico), pero luego en el gran cultivo se comportaron bien. Aún hoy es posible encontrar algunos surcos de CP 34-120 en Tucumán por su adaptabilidad a zonas bajas inundables («lagunera»).

En 1954 Fernández de Ullivarri importó las variedades CP 48-103 y NCo 310 desde Sudáfrica a la Chacra Experimental Santa Rosa. En Tucumán comenzaron a difundirse hacia 1960. Aún hoy están presentes estas variedades con el 5,2 % y 1,2 % del área tucumana, respectivamente. (Manzur, J. y otros; Leonardi, FA.J.).

Las variedades NA serie 56 (del año 1956) representan un acontecimiento especialmente fructífero. La NA 56-79, originalmente conocida como «Línea 17001», (la «miluno» según la nombran aún muchos productores), es una de las variedades que individualmente considerada ocupaba la mayor superficie en el mundo: aproximadamente 1.430.000 ha en Latinoamérica, sobre un total de 7.500.000 ha. Sólo en el Estado de Sao Paulo (Brasil) cubrió 1.000.000 ha, casi la tercera parte de las 3.500.000 ha del total brasileño (GEPLACEA). Caracteriza a esta variedad su gran plasticidad, puesta de manifiesto v. gr. por el excelente comportamiento que exhibe en España. Atacada muchas veces por su susceptibilidad al «carbón», es una de las variedades que más azúcar/hectárea ha producido en el subtrópico. Fue la más difundida en Tucumán, llegando a ocupar casi el 60 % de la superficie cañera. Estudios realizados en Brasil (Pinazza y otros) con valores reales, demostraron que la introducción y difusión de esta variedad en el Estado de Sao Paulo arrojó una tasa interna de retorno del 35,14 % (valor «normal»: 10-15 %) y una relación beneficio / costo: 1,65 a una tasa de descuento del 10 %. Estos valores representan un muy alto retorno a la inversión efectuada por la sociedad en investigación en caña de azúcar. Este excepcional impacto técnico y económico motivó que F. de Ullivarri fuera especialmente invitado a asistir a la «V Convención de la Asociación Civil de los Técnicos Azucareros de Latinoamérica y el Caribe (ACTALAC) efectuada en Sao Paulo, Brasil, en agosto de 1984, oportunidad en la cual fue homenajeado y distinguido por su aporte a través de NA 56-79.

La variedad NA 56-30, originalmente «línea 7156», alcanzó importante difusión en Tucumán para luego disminuir la superficie implantada. Recientes encuestas la ubican en séptimo lugar en la provincia, con algo más del 3 % de la superficie. Se destaca por su longevidad. Las variedades NA 56-42 y NA 56-62 fueron de buen desempeño en Salta y Jujuy.

La variedad NA 63-90, de maduración excepcionalmente temprana, cualidad muy importante si bien el corte temprano puede afectarla en años posteriores. Sostenía F. de Ullivarri que si Tucumán implantara con ella el 20 % de su superficie cañera el impacto equivaldría al de instalar dos ingenios nuevos. Al igual que NA 56-79 fue agriamente controvertida, esta vez por susceptibilidad al «mosaico». No obstante, ha generado mucha riqueza y lo sigue haciendo. En la actualidad ocupa el segundo lugar en Tucumán con el 25 % de la superficie y no muestra signos de haber llegado al tope de su expansión. Una “escuela sanitarista» quizás hubiera eliminado esta variedad desde el comienzo, tal vez sin notar ni aceptar que a veces puede resultar rentable «convivir» con una enfermedad hasta que aparezca «algo» mejor.

La FAM 63-18 ha logrado buena difusión en la zona productora de caña de azúcar del Norte de la provincia de Santa Fe. Amén de su característica de buena productividad presenta aceptable resistencia al «carbón», aspecto importante en dicha zona.

De 1973 en adelante es un período con varios logros: NA 73-2596, NA 76-128 y NA 78-639 son variedades que junto con CP 65-350 ocupan hoy no menos del 60 % de la superficie implantada en Salta- Jujuy. La CP 65-350 es una variedad en pleno proceso de expansión tanto en el Norte del país como en Tucumán. En esta última está en tercer lugar, con casi 8 % de la superficie y se presenta como apta para reemplazar a NA 56-79. Llegó a la Chacra Experimental Santa Rosa procedente de Tucumán hacia 1974 y se detectó que en realidad era una mezcla de variedades. Con el auxilio del Dr. E. Paliatseas, de la Universidad de Louisiana, Estados Unidos, se reintrodujo material identificado que constituía la mezcla. En realidad eran CP 65-350 y CP 65-357, parecidas pero no iguales.

En resumen, no menos del 50 % de la superficie implantada con caña de azúcar en Tucumán y el 100 % de la de Salta-Jujuy corresponden a variedades creadas o introducidas, seleccionadas y disponibles por obra de Fernández de Ullivarri.

El rendimiento neto promedio para todos los ingenios de Tucumán para el período 1941-1966 fue de 7,406 %; de 9,285 % para 1967-1973 y de 9,970 % para 1978-1987. Cálculos efectuados por F. de Ullivarri establecieron una disminución en la «pérdida del porcentaje de sacarosa en caña», desde el 3,168 % (1941-66) al 2,677 % (1967-73), esto es una ganancia de 4,910 kg azúcar /t caña. Entre 1941-66 y 1967-73 hubo un incremento de rendimiento neto de 18,79 kg azúcar/t caña, correspondiendo entonces 12,509 kg azúcar/t caña al mejoramiento de la materia prima, sea debido a la calidad de los jugos o al menor contenido de fibra. La misma comparación con respecto a 1978-87 demuestra un incremento de 25,64 kg azúcar/t caña. De mantenerse la proporción, corresponderían 17,2 kg azúcar/t caña a influencia de la materia prima.

En los 21 años del período 1967 – 1987 se molieron en Tucumán 168.374 millones de t de caña que multiplicados por el promedio simple del incremento del rendimiento sacarino en fábricas debido a influencia varietal de aproximadamente 15 kg azúcar/ t caña arroja una producción adicional total de 2.525.000 t de azúcar en el citado período. Esta producción adicional valorizada a precio de mercado internacional «bajo», de 200 dólares la tonelada, arrojaría un impacto económico de mínimo de 506 millones de dólares. Aunque con fuertes oscilaciones, en realidad el precio promedio en el mercado internacional fue de unos u$s 420 (crudo) y en el mercado interno argentino de u$s 569 (blanco) para el periodo 1971 – 1987, valor dólar de 1988 (López, Modesto R.). Según estos valores, el impacto varietal adicional sobre los resultados económicos de la actividad, sólo en Tucumán, oscilaría entre u$s 1.060 millones y u$s 1.436 millones, para los 21 años referidos.

También lo que se denomina «manejo» del cultivo fue preocupación de este técnico. Enérgicas campañas en favor del «plante temprano» (febrero-marzo), selección rigurosa de «semilla» y eficiencia en las labores de campo («surco plantado = surco tapado») con miras a lograr cañaverales con alta densidad, fertilización nitrogenada en tiempo y forma, control de malezas, respeto por las curvas de maduración para cosecha, no estacionamiento de la caña cortada, etc., ocuparon su tiempo. Su método de trabajo, fuertemente agronómico, se fundó en lo que consideraba la «tecnología de la oportunidad».

La organización, capacitación y participación de los distintos actores del desarrollo rural (agricultores, obreros, etc.) en la generación de riqueza y redistribución del ingreso regional o nacional, ocupa este aspecto «blando» de la tecnología. F. de Ullivarri dedicó también años de su vida a estos temas. Quizás lo sobresaliente sea su lucha y concreción de una estructura empresarial bajo la figura de cooperativa de trabajo agropecuario, conocida hoy en casi todo el mundo como «Cooperativa Trabajadores Unidos» de Campo de Herrera, Tucumán. Formada por obreros cesantes por cierre del ingenio Bella Vista (Tucumán) en 1966, ha pasado más de treinta años de vida exitosa. No sólo los obreros se transformaron en productores agropecuarios sino que accedieron a la agroindustria, que es el estadio de mayor desarrollo posible de alcanzar en una economía agraria. Este proyecto, asumido por el INTA y dirigido por Fernández de Ullivarri, marcó nuevos rumbos en materia de empresas socioeconómico de base agraria en la Argentina y como siempre ocurre, fue atacado, calumniado. También fue defendido. A su influjo y ejemplo existen hoy otras organizaciones similares en Tucumán, San Juan, Corrientes (Domínguez, J. A. y otro), que desde el punto de vista del mensaje del INTA constituyen formas alternativas aptas para superar limitantes a la adopción de tecnología «dura» y «blanda».[2]

Fuentes consultadas:

  1. de Ullivarri, Roberto. Comunicación personal. Documentos inéditos.

Manzur, J. y otros. «Variedades y edad de los cañaverales de Tucumán». Rev. Avance Agroindustrial, EEAOC. Tucumán, julio 1989:23-26.

Leonardi, Fernando A.J. Informe interno. EEA Famaillá INTA, noviembre 1989.

GEPLACEA. Boletín. Vol. V, N° 8, agosto 1988.

Pinazza, Antonio H., A. C. Gemente y S. Matsuoka. «Retorno social dos recursos aplicados em pesquisa canavieira: o caso da variedade NA 56-79 no Estado de Sao Paulo». Rev. Brasil Açucareiro, Año VII, N° 30:22-32, 1984.

López, Modesto R. «Antecedentes y perspectivas de la actividad agroindustrial de la caña de azúcar». Informe de Consultoría al Banco Mundial. Tucumán, EEA Famaillá INTA, setiembre 1988. 147 pp y anexos.

Haro, Mario O.  Comunicación personal. EEA Famaillá INTA, 1989.

Haro, M. O. y C. F. González Llonch. “Por tercer año consecutivo el INTA obtuvo más de 8.000 kg de azúcar/ha de caña en condiciones de secano” Rev. Desarrollo Rural, EEA Famaillá INTA, Nº 20, marzo 1993:21-22.

Domínguez, Jorge A. y A. Hervás. «Cooperativas agropecuarias de trabajo; una alternativa de solución para el problema tucumano». EEA Famalllá INTA, 1970. 213 pp.

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[1] Biografía abreviada y adaptada de DOMINGUEZ, Jorge A. Semblanza profesional de Roberto Fernández de Ulivarri, Ingeniero Agrónomo. Tucumán, INTA, 1989. Facilitada por el Ing. Enrique Fernández de Ullivarri al Editor.

[2] El Ing. Agr. Roberto Fernández de Ullivarri fue designado Académico Correspondiente en Tucumán de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria el 12 de octubre de 1989 (Nota del E.).