por el Ing. Agr. Jorge Scandaliaris[1]

 El Ing. Agr. Víctor Hemsy nació en Tucumán el 31 de julio del año 1931 y falleció en esa misma ciudad el 13 de abril del año 2013.

Realiza sus estudios secundarios en la Escuela de Agricultura y Sacarotecnia, dependiente de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT). En la promoción del año 1948 egresa con el título de Perito Agrónomo. Sus estudios universitarios los realiza en la carrera de agronomía, también de la Universidad Nacional de Tucumán, alcanzando el título de ingeniero agrónomo, en diciembre de 1953. El ingeniero Hemsy es el egresado número 1 de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT.

Al año siguiente, 1954, ingresó a la entonces Estación Experimental Agrícola de Tucumán, hoy Obispo Colombres, para desempeñar el cargo de Jefe de la Seccion Caña de Azúcar. En el período que tuvo que desempeñarse, desarrolló la idea de que era fundamental mejorar la calidad de la materia prima de la zona cañera de Tucumán, para estar en la vanguardia de las industrias azucareras del mundo. Actuando en consecuencia, introdujo variedades de Estados Unidos, entre las que se encontraba la CP 48-103, la cual se difundió entre los productores quienes la mantuvieron en cultivo hasta hace un par de décadas.

En el año 1956 fue contratado por la Compañía Azucarera Bella Vista, en primera instancia en calidad de técnico, para luego conducir el ingenio con el cargo de administrador general hasta su renuncia en 1964. En las distintas funciones que desarrolló en la empresa azucarera, logró un avance significativo en la productividad a través de la incorporación de nuevas tecnologías.

Paralelamente a su labor en la actividad privada, desarrolló su carrera docente en la misma Facultad de Agronomía y Zootecnia, en diferentes cargos. En los difíciles momentos de los primeros años de la Facultad, contribuyó en forma efectiva, junto a sus compañeros de la primera promoción y profesionales que habían completado su carrera en otras universidades del país, a consolidar los primeros pasos de la institución para posicionarla, más adelante, como una de la más importantes del país, por la excelencia de sus docentes y la importancia de las investigaciones que allí se realizaban.

Fue Profesor Titular de la cátedra de Cultivos Industriales desde el año 1967, cumpliendo una notable labor a favor de la Facultad y de la Universidad Nacional de Tucumán, donde formó y dirigió importantes equipos de trabajo para abordar al mejor nivel posible la labor académica. Junto a otros colegas del cuerpo docente, se encargaron de dar una muy buena formación a la generación de ingenieros agrónomos de la época.

El nivel y jerarquía de su labor no sólo quedó enmarcado en el plano universitario, sino que logró trascender con fuerza y brillo en el desarrollo de la provincia y el país. Uno de los rasgos sobresalientes de su trayectoria profesional fue su alto compromiso con el sector agropecuario y agroindustrial de Argentina, al que brindó sus esfuerzos y capacidades para impulsar mejoras y crecimientos, que culminaron en progresos efectivos y de mucha trascendencia. Así es como en las décadas de 1960 y 1970, tuvo un accionar decisivo en el desarrollo del cultivo de la soja en Argentina, ya que por ese entonces esta especie era muy poca conocida en el país. Convencido de sus notables condiciones y lo que podría representar como alternativa de desarrollo para nuestro territorio, puso en evidencia una decisión visionaria junto a otros profesionales destacados de Argentina, sentando las bases para estimular el crecimiento del cultivo de la soja y posicionar a este como el principal de Argentina.

En reconocimiento a esta labor pionera, recibió Distinciones a nivel nacional, y cumplió la función de Vicepresidente de la Asociación Argentina de la Soja, en el periodo de plena expansión de la oleaginosa en el país.

En 1976, manteniendo el cargo de Profesor Titular con dedicación simple, pasa a desempeñar la función de Director Técnico de la entonces Estación Experimental Agrícola de Tucumán, y en esa condición, fue el responsable del diseño de la estructura técnico-científica que aún hoy perdura.

 En todos los caminos que tuvo que recorrer en la vida, dejo profundas huellas, como consecuencia de un estilo de trabajo propio de un luchador incansable por las cosas que le interesaban y por las metas que se imponía. A fines de la década del 70 se transformó en un fuerte impulsor del programa alconafta en el país, en el convencimiento de que la bioenergía era una necesidad para Argentina y el mundo, y una posibilidad cierta para el desarrollo económico del NOA. Por ese entonces, la alconafta, alcanzó el segundo lugar como programa de alcohol combustible de envergadura en el mundo de la caña de azúcar, detrás de Brasil.

Para mejorar la labor de investigación y transferencia de la Estación Experimental, acomete 3 acciones importantes. En primer lugar, consigue que el CONICET concrete un sostenimiento económico a los principales programas que se desarrollaban en esos momentos.

En segundo lugar, desarrolla la idea de estructurar subestaciones con el propósito de fortalecer la vinculación con los productores de los distintos sectores agropecuarios. La idea fue asentar la labor de investigación en las zonas de los principales cultivos, para lograr el objetivo adicional de que estos centros se conviertan en vehículos importantes de transferencia tecnológica. Para cumplir con este propósito, consolida las subestaciones de Tafi del Valle y Benjamin Paz, y crea 4 nuevas para los cultivos de caña de azúcar, granos, citrus y tabaco.

 Posteriormente, para dar impulso a la difusión de la labor de la EEAOC, se crea la Revista Avance Agroindustrial a partir del mes de julio de 1980, como un medio adicional para mostrar las nuevas tecnologías disponibles.

En el año 1978, logró convertir la Estación Agrícola en Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres, con el propósito de sostener el desarrollo de las principales agroindustrias de la provincia.

En la década de los 90 fue el mentor y director del Programa de Reconversión de la Agroindustria de la Caña de Azúcar. La labor realizada a través de este programa generó una abundante información que brindó la posibilidad de sentar las bases para superar una profunda crisis del sector azucarero tucumano, y darle perspectiva de emprender un camino de progreso a la principal agroindustria de la provincia.

El Gobierno de la Provincia de Tucumán, en consideración a su contribución a Instituciones Científicas y Técnicas del medio, y a su clara visión del papel que debe jugar el sistema científico provincial para el desarrollo, le encomendó la Presidencia del Consejo de Ciencia y Técnica de la Provincia entre los años 1993 y 1995.

Una mención aparte merece su permanente preocupación por la formación de recursos humanos. Era un convencido de que la capacitación era el camino adecuado para producir los cambios que necesitaban las instituciones y el sector productivo, y en este sentido no retaceó esfuerzos para apoyar las buenas iniciativas de los jóvenes profesionales. Bajo su dirección, fueron a perfeccionarse y estudiar en el extranjero numerosos profesionales de su plantel.

Como consecuencia del protagonismo que tuvo su labor en el desarrollo agroindustrial de la región, recibió entre otras, las siguientes distinciones y reconocimientos:

-Premio al mérito profesional año 1985, otorgado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos y Zootecnistas de Tucumán.

-Premio al mérito sojero año 1987.

-Investigador Extraordinario de la EEAOC, en la categoría de Investigador Emérito.

-Designado Académico de la Academia Nacional de Agronomía y Veterinaria (año 1995).

-Reconocimiento de la Sociedad Argentina de Técnicos de la Caña de Azúcar.

-Designación con el nombre de Ingeniero Agrónomo Víctor Hemsy, al Aula Magna de la Facultad de Agronomía y Zootecnia de la UNT.

-En 2011 las autoridades de la Caja Popular de Ahorros de la Provincia, en mérito a su contribución al desarrollo de la región, lo declararon ciudadano distinguido de la Ciudad de San Miguel de Tucumán.

            A través de su labor diaria siempre tuvo el compromiso de la búsqueda permanente de la excelencia, lo que ponía en evidencia en cada uno de sus actos y obras. Para él, no había otra alternativa que hacer las cosas bien. En este sentido, el Ing. Hemsy representa un ejemplo a seguir para las nuevas generaciones por su capacidad, responsabilidad, compromiso y ejecutividad. Era un pragmático, que orientaba sus acciones directamente para cumplir con grandes objetivos. Para muchos, fue un verdadero maestro.

 

[1] Director Técnico de la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres. El Ing. Scandaliaris fue un estrecho colaborador del Ing. Hemsy.