por el Dr. Vicente O. Cutolo[1]

 Nació en Buenos Aires, el 9 de diciembre de 1857. Hizo sus estudios en su ciudad natal. Egre­sado de la Facultad de Medicina de Buenos Aires en marzo de 1887, no limitó, ciertamente, sus afanes profesionales a la atención de sus cátedras y de sus enfermos, aspectos ambos en los que alcanzó, por la solidez de sus conocimientos y el influjo de su personalidad moral, un prestigio de excepcionales contornos. Este eminente galeno, en efecto, consagró varios años de su vida a la investigación en clínicas europeas -concurrió, en Francia, a los servicios de los profesores Guyou, Hallé y Cornill- donde fue­ron asimismo apreciados sus dones de caballerosidad y la aguda exactitud de su criterio científico. Sus alumnos reconocían en él la presencia de un verdadero maestro, seguridad a la que contribuían la gracia de su palabra, para la que no existía tema árido, y su indudable sentido didáctico. Es así como muchas promociones de médicos argentinos han recordado con emoción a este profesor de afable rostro y elegante apostura, que con tanta amenidad sabía conducir a sus alumnos por los más recónditos ve­ricuetos de su especialidad, con la generosa pasión y la benevolencia de quien entrega su saber, como precioso legado, a las generaciones que han de sucederle.

En 1910, el Dr. Benedit fue designado académico de Agronomía y Veterinaria[2], y en 1917 se incorporó a la Academia de Medicina, que lo eligió para ocupar el sillón del Dr. Lagleyze. Tuvo entonces ocasión de manifestarse otro aspecto de la personalidad del nuevo académico, pues resultó memorable, desde el punto de vista literario, la pieza oratoria que para la oportunidad había preparado el Dr. Benedit, que unió al rigor científico de la exposición el recuerdo nostálgico de un amigo entrañable. No era menos apreciada, por cierto, la patriarcal presencia del ilustre médico en los salones porteños y europeos, que supieron reconocer sus finos dones de hombre de mundo y su innato señorío. Como buen porteño de su tiempo cultivaba el doctor Benedit la conversación como un arte y se interesaba por el deporte turfístico, a cuyo desarrollo en el país contribuyó con los éxitos que alcanzara en la cría caballar. Este aspecto de su actuación lo llevó a ocupar importantes cargos en distintas comisiones del Jockey Club, en el que supo también destacarse. Hombre de erudición y de trato amable, falleció en Buenos Aires, el 19 de diciembre de 1924.

 

Bibliografía: Oscar Copello. Elogio de Pedro Benedit (1857-1924), en Boletines y trabajos de la Sociedad de Cirugía de Buenos Aires, 1925, t. IX, p. 77.


[1] Biografía, reproducida con autorización del autor, publicada en su obra Nuevo diccionario biográfico argentino (1750-1930). Buenos Aires, Elche, 1968. 7 t.

[2] El Dr. Benedit integró el grupo de personalidades destacadas designadas en el primer Consejo Directivo de la Facultad de Agronomía y Veterinaria, cuando ésta dejó de ser el Instituto Superior de Agronomía y Veterinaria y pasó a Facultad de la Universidad de Buenos Aires. Al igual que algunos otros miembros de ese Consejo, no formó parte el cuerpo docente de la Facultad de Agronomía y Veterinaria. Este primer Consejo Directivo constituyó el núcleo inicial de la Academia por resolución del Consejo Superior de la Universidad.