por el Dr. Carlos O. Scoppa 1.

Manfredo Leopoldo Reichart había nacido en Campana el 25 de febrero de 1913. Estudió en la Facultad de Agronomía y Veterinaria de la UBA donde obtuvo, con Medalla de Oro y Diploma de Honor al mejor promedio del curso 1933-1936, el título de Ingeniero Agrónomo. Similar distinción, Llave de oro y Diploma de la Sigma Xi Society de la Universidad Cornell, USA, donde fuera becado por la Fundación Rockefeller, logró para su grado de Master of Sciencie en 1946, formación que complementó con una gira de estudios por más de una veintena de unidades de investigación y docencia de Norte, Centro y Sudamérica.

Recién logrado su primer título universitario, en 1938, como Ayudante-becado realizó estudios de Edafología en la Facultad de Agronomía en la Universidad de Milán y de Berlín bajo la dirección de los Profesores Pratolongo y Kuron, tiempo durante el cual también visitó diferentes centros de esa especialidad en Zürich y Viena.

A partir de 1939 y hasta 1956 desarrolló su carrera docente en la Facultad, donde hiciera sus estudios de grado, como Jefe de Trabajos Prácticos en la Cátedra de Agricultura General. Muy pronto, en 1940, con el mismo cargo se desempeñó en la de Edafología Agrícola, disciplina a la cual le dedicaría toda su vida universitaria y profesional; dictó innumerables cursos de formación, investigación y divulgación asumiendo al mismo tiempo diversas responsabilidades y cargos que culminaron como Profesor titular de Edafología Agrícola, Director de Publicaciones, Consejero Académico, Vicedecano y Vicedecano en ejercicio de decanato al tiempo que cumplió diversas comisiones ante organismos, congresos y conferencias en el país y Latinoamérica.

Desde 1957 y hasta su retiro se dedicó al ejercicio libre de su profesión realizando numerosos estudios sobre geografía, fertilidad, manejo y uso de los suelos, fundamentalmente de la región subtropical de la Argentina y otros países del Cono Sur, en carácter de consultor o asesor de organizaciones de planeamiento nacionales, provinciales y privadas.

Su sobresaliente formación académica, su capacidad docente y la hombría de bien que lo distinguía siempre fueron referencia enjundiosa de aquellos privilegiados que fueran sus alumnos de entonces o tuvieron la oportunidad de consultarlo, siendo siempre el referente de la Ciencia del Suelo en el país durante casi medio siglo.

Sus maneras plácidas y natural don de gentes, expresiones de la tranquilidad de espíritu que definían un verdadero abolengo, hacían que los juicios justos y acertados surgidos de su sitial de académico siempre fueran aceptados y reconocidos por todos los que gozamos de la prerrogativa de haber sido sus cofrades.

Fue justamente por ese notable conjunto de virtudes que fue designado Académico de Número en 1974 y Académico Emérito en 2001.
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1 Nota necrológica del Dr. Carlos O. Scoppa publicada en Anales de la Acad. Nac. de Agr. y Vet. 56:XXVI. 2002.